lunes, 16 de junio de 2008

Memoria Periódica (Cuento)

Desperté, como hace semanas atrás, de un modo particular. Hoy por ejemplo no recuerdo que es una fecha. No es que olvide que fecha es hoy, no la entiendo sencillamente. Miro el calendario (eso si lo entiendo por ahora), pero como quién observa jeroglíficos egipcios. Así que no sé decir con exactitud cuando nací, que edad tengo, o una cosa más simple como si por ejemplo hoy debo ir a trabajar. Pero de todas maneras no me aterra. Hace más o menos 3 días (me gustaría precisar la fecha pero no puedo), desperté sin poder recordar nombre. Eso es algo que no genera ningún problema en la buenos aires actual donde con decir “che” o “boludo” alcanza para llamarle la atención a una persona, pero cuando subís a un taxi y necesitas llegar a una calle se vuelve un trámite complicado. Me quedé mirando por el espejo retrovisor al taxista, mudo, tratando de explicarle con muecas y señas que quería ir a Honduras y Escalabrini Ortiz. Tuve que bajar y volver a mi casa caminando. Debo admitir que es una manera especial de romper mi rutina, un desafió diferente cada día, porque cada día olvido una cosa nueva pero conservo las anteriores y así sucesivamente. Unos días atrás, creo que fue cuando descubrí mi perdida de memoria periódica, no recordaba como caminar. En una secuencia de tres pasos que incluyen apagar el despertador, salir de la cama y erguirme, terminé con la nariz contra el modular. Volví a enderezarme como un suricato pero al instante, cuando di un paso al frente, me vi abrazado al perchero. No tuve más opción que reptar hasta el baño, del baño a la cocina y de la cocina al trabajo. Estoy aprovechando este descuido de mi lucidez para escribir estás memorias (paradójicamente), porque talvez luego de mi siesta no recuerde como escribir, o tal vez más trágicamente como despertar.


Maximiliano Pugliese.

1 comentario:

exmonkey dijo...

nos olvidamos de olvidar...