lunes, 6 de octubre de 2008

Mis Manos.

Acá están mis manos amarillentas y secas como unas fotos sepia. Ya un tanto por la nicotina y otro por el tiner. Se curtieron solas por los años que no vinieron. Ahí están acariciando las cuerdas de nylon de una criolla. Con un cigarro atrapado en el clavijero, y el humo zigzagueando en mi flequillo. Ensuciando la voz que brota, desterrando a las palabras que reviven todo el tiempo en mi paladar. Al borde del balcón, mirando como a todas las estrellas del horizonte se las tragan las luces de autopista. Está es mi manera de decirte que cuando a mi envase lo deprede el tiempo y me convierta en otro pedazo del humus de la humanidad, cuando en mi memoria brinden solo las sombras, así como hoy, quiero que me recuerdes.