martes, 26 de agosto de 2008

El mal sueño (del que no desperté)

Cabalgando por los sueños
Hacia abismos indescriptibles
Desperté en las horas insólitas de la locura
Desesperado, sin hálito ni voz.

Las telas ásperas, eran la prisión de mi fiebre
la reina del enjambre de las alucinaciones.

Mártir de mi visceral novela
Fui esa noche de verano
Cuando mi frágil conciencia
Rompió en violento llanto.

No alcanzó el fluido
Sentí el latir detener.
Fueron los Cruentos espasmos de adrenalina
Que frenaron mi palpitar.