domingo, 13 de julio de 2008

Fichas.

Fue realmente idiota pensar que a la distancia podíamos querernos. Pero de hecho ese nunca fue el problema. El problema era que la distancia cada vez se achicaba más, junto con el tiempo y la espera, y tu amor no crecía a la par. La diferencia horaria hizo que vos te dieras cuenta primero que yo. En realidad había más que diferencias horarias y distancias entre nosotros. Por alguna razón extraña yo di con voz. Es que el destino a veces en su aburrimiento desparrama sus fichas y las mezcla. Y cosas que por principios jamás deberían pasar, pasan; y las consecuencias son esto, soy yo tratando de escribir para luego entender, sos vos en tu mundo apenas recordando como me llamo (no sé si supiste alguna vez como me llamaba), fui yo alguna vez esperando que llegaras, esperando junto al teléfono, fuiste vos advirtiéndome lo peligroso que era tener tu corazón en mis manos, un corazón inquieto que saltaría en cada latido a otro lugar. Era yo intentando de ser alguien que no sabía ser, eras vos creyéndote mi muy mal actuado papel, creyendo ver cosas en mi que no existían, y yo tratando de sacar de vos algo bueno para mi. Caigo en la cuenta que éramos dos egos a la distancia, grandes masturbadores de sentimientos. El destino fue prudente y ordenó las fichas nuevamente cada una en su lugar. Vos allá, Yo acá.